miércoles, 15 de abril de 2015

REHABILITACIÓN DE SUELO PÉLVICO

¿Qué es y cómo funciona el suelo pélvico?

Para muchas mujeres el suelo pélvico es un gran desconocido. Sin embargo, esta musculatura es muy importante para nuestra calidad de vida porque si está debilitada afectará a nuestro bienestar físico y psíquico.

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior. Su función es sostener los órganos pélvicos (vejiga y uretra, útero y vagina; y recto) en la posición adecuada porque de ello depende su normal funcionamiento.
Se cree que esta estructura tiene forma de hamaca pero esta idea errónea, debemos más bien imaginarnos un “puente colgante”. En este puente imaginario tendríamos el hueso sacro en un extremo (donde finaliza la columna vertebral) y en el otro lado el pubis. Los “cables suspensorios”, que gracias a su tensión adecuada mantendrían el puente firme, serían principalmente los ligamentos de sostén.
Un suelo pélvico debilitado puede provocar incontinencia urinaria, prolapsos, disfunciones sexuales o dolor lumbar, ¡atenta a estos síntomas! 

Éstos unen las estructuras óseas con los órganos pélvicos, que se encontrarían colgando de este puente. Por último, el suelo del puente lo formaría un plano muscular (concretamente el músculo elevador del ano) y una lámina de tejido conjuntivo (es el tejido que en nuestro organismo proporciona sostén, donde encontramos fibras de colágeno ordenadas en paralelo, a modo de lámina; en el caso del suelo pélvico se llama fascia endopélvica).

A diferencia de un puente estático, nuestro suelo pélvico no es rígido, es algo dinámico, que se adapta a nuestro movimiento, a los cambios posturales… y lo hace siempre manteniendo una adecuada tensión que sujete nuestra vejiga, el útero y el recto dentro de la pelvis. Cuando el suelo pélvico se debilita, las estructuras que sostiene descienden y por lo tanto se altera su función.
Un suelo pélvico debilitado puede provocar incontinencia urinaria, molestias, prolapsos (caída de los órganos intraabdominales), dolor de espalda e incluso disfunciones sexuales. Si tienes alguno de estos síntomas, consulta con tu médico para valorar en qué estado está tu musculatura pélvica.

El suelo pélvico, un terreno por explorar. (Colaboración de la Dra. Laura Morales).

Mirando al futuro, veremos una sociedad en la que los pacientes (hombres y mujeres) se curan de sus problemas de suelo pélvico. En el presente, únicamente vemos personas sufriendo en secreto estos problemas (creyendo que no existen soluciones), y médicos que no interrogamos de forma adecuada (la mayoría de los pacientes no saben cómo abordar estos problemas en la consulta).

Por suerte, en España ya están comenzando a implantarse en el Sistema Público de Salud la valoración y tratamiento no invasivo de los problemas con origen en el suelo pélvico, a cargo de los Servicios de Rehabilitación.



Una persona con incontinencia de esfuerzo hasta ahora tenía dos opciones: depender de una compresa (o 3 ó 4) cada día del resto de su vida, o someterse a una cirugía: rápida y casi siempre eficaz, pero al fin y al cabo una técnica invasiva en una zona delicada, y no exenta de posibles complicaciones o recaídas.


Los pacientes con urgencia/incontinencia de urgencia, hasta ahora podían elegir entre vivir obsesionados con localizar un aseo en cada salida de su domicilio, o seguir tratamientos con fármacos, eficaces, pero en la mayoría de los casos, mal tolerados.



Otro problema más frecuente de lo que podríamos pensar, y asociado a dolor (molestias en periné, dolor lumbar) e infecciones (cistitis) es el prolapso de órganos pélvicos. Se le resta importancia en sus fases iniciales, pero puede evolucionar hasta grados que requieren tratamiento quirúrgico.
                El dolor localizado en el área perineal o irradiado a zonas vecinas (constituyendo casi siempre un dolor pélvico crónico) continúa siendo un reto para los especialistas del dolor. Algunos pacientes se sienten incomprendidos porque no se llega a encontrar la causa de su dolor, por lo que no se puede ofrecer un tratamiento eficaz.



 Y por último, uno de los problemas más invalidantes es la incontinencia fecal. Quienes la sufren, se apartan de su entorno familiar y social por la humillación que provoca sufrir un escape.

                La buena noticia es que los problemas mencionados se pueden abordar de manera conservadora (“sin bisturí”), con un elevado porcentaje de curación o mejoría. La Rehabilitación de Suelo Pélvico es un ámbito aún muy desconocido (incluso por algunos especialistas), pero con resultados prometedores.

                Estamos viendo cómo la electroestimulación y el biofeedback pueden ayudar a una paciente con secuelas de incontinencia tras un parto complicado; cómo la neuromodulación puede disminuir los síntomas de vejiga hiperactiva; cómo la gimnasia abdominal hipopresiva puede evitar que progrese un prolapso y ayudar a que se alivien las molestias que produce; estamos viendo cómo un señor de 50 años, recién operado de un tumor de próstata, puede volver a hacer viajes de trabajo; y veremos tranquila a la paciente a quien su cistitis intersticial no le permitía disfrutar de una tarde de charla con sus amigas.




El futuro no es mañana, empieza hoy. Y los médicos rehabilitadores estamos preparados, y deseando ayudar a todos los pacientes que han estado durante todos estos años en el olvido. Esperamos que nadie sufra estos problemas en silencio y que los medios nos permitan poder tratarlos como merecen.



(Fuente Especialista en rehabilitación y medicina física Centro Clínico Betanzos 
Avda de Betanzos, 60 28034 – MADRID (ESPAÑA))